Entradas populares
-
El hombre es el único animal que sabe que está vivo, de la misma manera que es el único que sabe que algún día tendrá un final. Desde el pun...
-
Ella sonreía, algunos decían que cuando lo hacía alegraba cualquier día gris, apartaba los problemas a un lado y se divertía. Bailaba reía...
-
Podría decirte que te echo de menos. Podría hablarte de lo que te necesito ahora mismo. Podría contarte todas las veces que he pensado en ...
-
¿Qué hacer cuando no sabes que hacer? Parece un juego de palabras, pero en realidad, esa pregunta retórica encierra mil sentimientos y conf...
-
Cómo ese rayo de sol en pleno diciembre. Cómo un café un lunes a las siete de la mañana. Cómo la última copa de la noche. Cómo el últi...
-
Estas tumbada en la cama, mirando al techo mientras escuchas por enésima vez esa canción que tanto te recuerda a él. Le echas de menos, com...
-
Cuatro letras que definen la palabra más bonita que pueda escribir. La persona que da todo por nosotros sin pedir nada a cambio. Quien luc...
-
Hoy quiero hacer un espacio a esa gente que entra en tu vida sin saber como, y se va sin darte apenas cuenta ni tiempo para reaccionar. La v...
-
Tengo un folio en blanco para rellenarlo de líneas hablando de ti, de mi, de nosotros. Quizá todo lo que siento no se puede expresar en uno...
-
Hoy tengo ganas de reír contigo. Reírnos hasta el punto de que nos duela la tripa, reírnos y que nos salgan esas arrugas en la cara de lo b...
martes, 18 de noviembre de 2014
Cartas en el cajón
"Sabes que no deberías" me digo a mi misma mientras abro el tercer cajón del escritorio donde se encuentra esa maldita carta. "Vas a terminar llorando" voy pensando mientras desdoblo el papel. Mis manos empiezan a temblar y comienzo a leer. Los recuerdos van apareciendo como si de una película se tratara. Las palabras empiezan a pesar. El darse cuenta de que esas frases hoy no tienen nada de valor se hace insoportable. Y de repente una lágrima tras otra caen sobre mi rostro. Me voy haciendo débil, no importa, necesitaba tenerle cerca por última vez. Termino de leer. La doblo rigurosamente y la guardo en ese cajón donde parece que queda olvidada. Me miro al espejo, me seco las lágrimas, sonrío y me doy cuenta de que hoy no es un día para mirar al pasado.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario